Historia ( como llego a ser Felipe Yofre un pueblo)


Cuando funda la Ciudad de Vera en 1588, Juan Torres de Vera y Aragón le da una amplísima jurisdicción territorial, que abarcaba lo que hoy sería parte de Argentina, Paraguay y Brasil: era la jurisdicción de derecho.

Pero en los hechos sus habitantes apenas si tenía jurisdicción un poco más allá de los egidos futuros del poblado.

A lo largo de dos siglos, los habitantes de la hoy Corrientes fueron avanzando hacia el Sur – ya que por la oposición asuncena no podían extenderse al norte – colonizando y poblando con estancias, primero hasta el Riachuelo, después el Empedrado, luego el Santa Lucía, hasta cruzar finalmente el Río Corriente (Aruhary).
Estas tierras del Paiubre, como ya se las conocía, tenían rico potencial en madera, pasturas y aguadas, y por lo tanto eran muy aptas para ubicación de estancias. Desde la Ciudad de Vera se realizó la ocupación de este territorio, que hoy es el Departamento de Mercedes, paulatinamente, y de manera irregular, por ganaderos de origen español y correntino, quienes con las debidas autorizaciones reales o del Cabildo, se ubicaron en las rinconadas de ríos y arroyos. Ellos cruzaron así los pasos del río Corriente: Caá Guazú, Capitá Miní, Santillán, y otros.

(Acotación: esta zona era motivo de disputa entre los cabildos de Corrientes y Yapeyú, problema que solucionó Belgrano en 1810. de ahí que algunos dicen que Paiubre significa “lugar de disputa”, o cosa así).

El primero en establecerse por aquí, fue Don Adriano Pucheta, en 1771, quien por merced real (es decir permiso del rey), ocupó lugar de estancia “en la jurisdicción de la ciudad de Corrientes de la otra banda del río del mismo nombre en un rincón que forma dicho río y los arroyos Paiubre y Yuquerí”, según dice el título de propiedad. (Vean la antigüedad del apellido Pucheta en esta zona).

En 1776 y 1780 ocuparon lugar de estancia Vicente Ibarrola, Miguel Velazco, Juan Cabrera y José Gamboa, aproximadamente en los arroyos: Cuenca, Casitas y Paiubre.

En 1778 se establece como lindero de ellos, Don Eugenio Serrano, que poblaba “con haciendas, casas y corrales, a cincuenta leguas de la ciudad sobre la costa del Río Corriente, dando su frente al arroyo de Cuenca y su fondo al arroyo Salado, a dos leguas de distancia de los montes de Tataré…” en 1791 Don Tomás Belanzategui residente en Buenos Aires solicita, en representación de Serrano, la compra de este campo ante las autoridades respectivas.

Entonces los perito certificaron que “se componía de puros bañados y anegadizos del Río Corriente, que eran madrigueras de tigres, pero que tenían palmares utilizables y buenos pastos…” ocupaba una superficie de cuatro leguas cuadradas, por las que Serrano pagó ochenta y cuatro pesos de plata acuñada, en la almoneda realizada en Buenos Aires en 1796; las costas y demás gastos fueron catorce pesos con seis reales  y veintiséis maravedíes.

Ahora bien: ¿Por qué menciono estos datos? Ya lo explico:
El historiador Raúl Labougle dice que en estos campos, se asentó la Posta de Serrano Cué, origen de la ubicación del Yofre actual. Otro historiador, ya mencionado, Hernán F. Gómez aclara, por su parte, que quizá no sean coincidentes ambas ubicaciones, pero es innegable la cercanía de dicha posta al actual pueblo, agregando que se da la circunstancia que Yofre vino a quedar sobre el viejo camino real que por san Roque, Río Corriente, Mercedes, iba al Sur, (hacia Curuzú y Entre Ríos), y costa del Río Uruguay, siendo “siendo una de las tantas postas de la carrera que naciendo en Corrientes, llegaba al litoral del Río Uruguay”.

Como puede apreciarse no es fortuito que el pueblo esté ubicado en este preciso lugar. Y hasta ahí, la mención de respetables historiadores. Pero además, testimonios recogidos por docentes que ejercieron en Yofre, señalan que efectivamente hubo una posta, cuyo encargado se llamó Juan de la Cruz Ferreyra ( o, por lo menos, quien lo era en la época del relato) de nacionalidad paraguaya, y era un rancho ubicado en lo que sería años después la manzana Nº 6 al realizarse la mensura y loteo de terrenos para su venta. (la manzana Nº 6, según el plano de 1917 que tuve oportunidad de ver, es la que está al norte del Hospital, en frente).

Aclaro que este testimonio, recogido por Don Benito Morales, que fue Director de la Escuela Nº 8 en 1936, le fue proporcionado por un vecino que tenía 70 años al tiempo del informe, quien conocía y frecuentaba esta zona desde 1880, llamado Santiago Soto. La zona era de estancias y población rural.

Aún sin importar mayormente su ubicación, lo que sí es indudable, es que la Posta de Serrano Cué tomó su nombre de la estancia de Serrano que he mencionado, ya que esa es una práctica usual de los topónimos correntinos. Creo personalmente que estaban más al Sur (estancia y posta, digo). Luego veremos de qué manera esta cercanía influye para la posterior ubicación de la estación del F.C.

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